Santiago de la Ribera es hoy en día la pedanía más poblada del municipio de San Javier y se caracteriza por ser un lugar turístico cuya población se triplica durante los meses de verano.

Pero su historia ha estado marcada por su extraordinario enclave, la riqueza de sus recursos naturales y por un paisaje sin ninguna barrera defensiva natural, lo que hacía vulnerable la zona a ataques exteriores y no favoreció un poblamiento continuo hasta hace muy pocos siglos.

Durante la época romana, Santiago de la Ribera era una zona de inmenso pantano a orillas de una albufera, abierta entonces al Mediterráneo, que gozaba de una gran riqueza pesquera y donde menudeaban los conejos y otros animales.

Durante la invasión musulmana esta zona estuvo prácticamente despoblada ante los peligros de invasiones, una constante de esta zona en épocas de inestabilidad.

Aunque algunos historiadores apuntan a que el verdadero origen de esta localidad podría encontrarse en el paraje de la Cala-Vera (más tarde Calavera), alrededor de un monasterio de la orden de los Trinitarios, la finca Torre Mínguez es considerada oficialmente el origen del poblado de Santiago de la Ribera.

Esta finca fue edificada por don Antonio Lissón, Regidor de la ciudad de Murcia, y fue pasando a las manos de sus herederos, hasta que llegó a doña Teresa Sandoval y Mena, casada con don José María Barnuevo y Rodrigo de Villamayor de Ulloa. El matrimonio proyectó la planificación de dos ambiciosos proyectos: edificar un hotel y planificar la parcelación de la finca de forma no masificada, sino con una ordenación racional, trazando desde el principio las líneas básicas de una concentración urbana incipiente.

De este modo, en el año 1888 nace un nuevo caserío a orillas del Mar Menor: Santiago de la Ribera, cuyo nombre deriva de la pertenencia de don José María Barnuevo a la Orden de Santiago y de la situación de la localidad a orillas del Mar Menor.

Con el tiempo se fue convirtiendo en un enclave veraniego de las familias murcianas de clase alta que construyeron en esta localidad sus casas de vacaciones.

Al despuntar el siglo XX, la familia Barnuevo-Sandoval edificaba su ansiada casa 'Hotel' y, adosada a sus jardines, levantaban la Ermita de Santiago Apóstol. El proceso de urbanización de Santiago de la Ribera ya era imparable.